Después de graduarse en Periodismo de Opinión, en 2018 dejó esa carrera para unirse al equipo de literatura infantil de la editorial Albatros, donde sigue trabajando. Al principio, su presencia en un mundo ajeno al suyo le parecía un error inexplicable, pero ahora lo suele llevar bastante bien sin grandes problemas. Sigue llevando una gran bolsa como Hermione Granger (con una tienda de campaña, dos jerséis y confeti de emergencia). Su pelo ha pasado por tantos colores como el de Nymphadora Tonks y hablando es tan directa como Pippi Calzaslargas. En cuanto a los tatuajes, en su brazo izquierdo lleva personajes de la serie de animación japonesa Mi vecino Totoro y héroes de sus libros preferidos de la niñez, mientras que sus piernas están cubiertas de flores silvestres, evitándole así tener que esperar a que florezcan los prados cada año. Le encanta conducir por caminos forestales, el café descafeinado, los últimos rayos del sol de la tarde, las librerías, los palcos de los teatros y acampar con su hijo en verano.